martes, 2 de julio de 2013

¿ES EL LIBRE MERCADO LA SOLUCIÓN A LA POBREZA?



Hace unas semanas leíamos en TheEconomist un interesante artículo plagado de datos en el que la publicación estadounidense hacía un alegato en favor del libre mercado argumentando que había supuesto el principal causante de la salida de la pobreza de unos 1.000 millones de personas en los últimos 20 años.
La tesis central del artículo se basa en que, a pesar que de que hay políticas públicas en países en vías de desarrollo que han contribuido a la reducción de la pobreza, el factor que ha tenido un mayor impacto en este logro ha sido el libre comercio y la liberalización de las economías de estos países, principalmente en China. El gigante asiático aglutina tres cuartas partes de la reducción de la pobreza en los últimos 20 años y TheEconomist usa este hecho para reforzar su argumento de que la liberalización ha sido el factor diferencial para lograr estos magníficos resultados en reducción de la pobreza a nivel global.
Sin embargo, casos como el de la fábrica de Bangladesh que se derrumbó causando la muerte de más de 1.000 personas o la guerra en  la RD del Congo por el control de las minas en el este del país,demuestran que queda mucho por hacer en el control de las actividades que se benefician del comercio global. La globalización de la economía no debe servir para eludir responsabilidades con las sociedades de los países en las que las empresas fabrican o venden sus productos. Tampoco se debe olvidar nuestro papel aplicando criterios éticos como consumidores a la vez que exigiendo a nuestros gobernantes que regulen la actividad de las multinacionales para garantizar el respeto a los derechos humanos y controlar el origen de las materias primas que utilizan.
En definitiva, el proceso de globalización que hemos vivido en las últimas décadas ha resultado beneficioso para todos los países involucrados. En China e India la reducción de la pobreza ha sido notable y en los países desarrollados hemos podido acceder a un mayor abanico de bienes y servicios a precios más asequibles. No me cabe duda de que África será la próxima región en sacar partido de este fenómeno convirtiéndose en un lugar atractivo para la inversión extranjera y aprovechando sus múltiples ventajas competitivas. Sin embargo, aún quedan muchas barreras que están condenando al hambre a millones de personas, como la Política Agraria Comúndela UE, así como ciertos impulsos proteccionistas provocados por la crisis. Estas trabas al comercio internacional afectan principalmente a los países más desfavorecidos que suelen verse perjudicados por unas barreras arancelarias que ellos no pueden imponer a los países desarrollados. Por otro lado, los mecanismos de control sobre la participación de las multinacionales en el comercio internacional deben ser reforzados para garantizar que la globalización no es utilizada para limitar el respeto a los derechos humanos en ningún lugar del mundo. Cómo garantizar esto último sin limitar el acceso de los países del Tercer Mundo a los beneficios del comercio internacional es un asunto complicado del que todos debemos sentirnos responsables.


Una entrada escrita por : Antonio Bermúdez

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